No queríamos hacer un espectáculo de sombras, sino la sombra de un espectáculo. Un espectáculo sobre la muerte. Una sombra que muere.
Y empezamos la creación rodeados de muerte.
Por supuesto, no pretendíamos hablar directamente del luto, del dolor, del suicidio, de la pérdida de un hijo, del desamor, del paso del tiempo, de la decadencia, del apocalipsis, del infierno, del más allá, de la reencarnación, del alma, de la religión… Más bien nos lo imaginábamos como una gran Vanitas, un bodegón que nos recuerda lo efímero de todo, a través de objetos simbólicos, luces y sombras. Un irónico juego formal, que hable al subconsciente a través de lo lúdico. Un poco macabro, un poco absurdo, caminando en la penumbra. Una calle oscura. La calle sombra.
Idea y dirección:
David Espinosa, con la colaboración de Jordi Casanovas y Africa Navarro
Creación e interpretación:
David Espinosa y Jordi Casanovas
Sonido:
David Espinosa
Coproducción:
David Espinosa, Sala Hiroshima y La Faktoria choreographic center
con la colaboración del Teatre Artesà del Prat de Llobregat



